Pese a que la tasa de paro de los estudiantes universitarios se encuentra en su punto más bajo desde 2009 (ver más info), las empresas siguen destacando sus problemas a la hora de encontrar talento. Es decir, aunque la universidad aporte cada vez más trabajadores al mercado, las empresas no ven cubiertas todas sus necesidades. (Estudio Manpower sobre escasez de talento)
La enseñanza universitaria tiende hacia una visión generalista del conocimiento, donde puede faltar un mayor componente técnico y una alta especialización, precisamente una de las características del nuevo empleo del futuro.
Al tener perdida la batalla en este sentido frente a la Formación Profesional (potenciada esta última por una mayor flexibilidad en el diseño y gestión de sus programas formativos), la universidad debe centrarse en trabajar unas competencias transversales que aporten valor tanto al estudiante como a la empresa. Competencias tales como pensamiento crítico, habilidades comunicativas, gestión de conflictos, trabajo en equipo y herramientas para el autoaprendizaje.
Por tanto, dentro del marco del programas "Comunidades Educativas Innovadores" escojo trabajar el reto de "Currículo y Evaluación", para poder explorar, redefinir e idear nuevos prototipos que favorezcan las mejoras de estas habilidades, y especialmente, cómo medir su evolución.
Creo firmemente que es necesaria una mayor reflexión sobre la experiencia del estudiante (SX) a lo largo de todo el proceso de relación con la universidad, aprovechando al máximo el potencial de las nuevas herramientas digitales. No sólo como herramientas puntuales para dinamizar una clase en particular, sino integrándolas dentro de la experiencia ofrecida.
Comentarios
Publicar un comentario